Employee Journey Map: qué es y por qué lo necesitas en tu empresa

La mayoría de empresas centran al cliente en el foco de sus objetivos, con el fin de ofrecerles la mejor experiencia posible. Está claro que es algo importante, sin embargo, muchas de ellas se olvidan de sus empleados. En este contexto surge el Employee Journey Map, es un mapa que representa el recorrido de un trabajador a su paso por la empresa.  Este mapa tiene en cuenta tanto las soft skills (cualidades personales) como las hard skills (conocimientos técnicos) y aporta una gran cantidad de ventajas, por ejemplo:

- Te permite planificar acciones en función de unas necesidades concretas.

- Ser más eficaz.

- Mejorar el rendimiento de los trabajadores.

- Reforzar la comunicación.

- Reducir la tasa de rotación.

- Adaptar la carga de trabajo.

- Disminuir el estrés laboral.

En resumen, es una gran oportunidad para conocer las necesidades y metas de los empleados. El objetivo es ofrecerles la mejor experiencia posible, al igual que hacemos con los clientes. El recorrido de un trabajador se divide en varias fases, estas etapas son las que debes detallar en tu Employee Journey Map, las más importantes son:

- Atracción y contratación: es el primer contacto que un candidato tiene con la empresa, la primera impresión es clave, por lo que intenta ofrecer una experiencia única. Para ello puedes aplicar algunas técnicas: ofrece un método de inscripción novedoso (por ejemplo, un chatbot), un proceso de entrevista corto y sencillo, una oferta completa con toda la información necesaria, una página de empleo personalizada para poder enseñar cómo es tu día a día, testimoniales, vídeos corporativos… (Si todavía no tienes una, estás a tiempo; infórmate aquí)

- Onboarding: llega la incorporación, asegúrate de tener todo el onboarding estructurado y de dar importancia a su presentación. En esta fase, es en la que el trabajador debe sentirse más acompañado: organiza una reunión de bienvenida, preséntale a todo el equipo, comparte los valores y la cultura de la empresa, los diferentes procesos y formas de organización, sus próximas tareas, etc.

- Formación y desarrollo: en la planificación de su trayectoria profesional, debes incluir una etapa de formación donde poder fomentar su desarrollo. Por lo general, un empleado tarda de media unos 3-4 meses en adaptarse por completo (según el puesto). Por lo que pasado ese tiempo, llega el momento de seguir aprendiendo y creciendo en la empresa, adquiriendo nuevos conocimientos y responsabilidades.

- Reconocimiento y compensación: haz un seguimiento periódico de su trabajo y valora sus logros, el reconocimiento influye directamente en la motivación. Valorar, no solo significa compensaciones económicas, también puedes proponer una mayor flexibilidad laboral o la posibilidad de escalar internamente, entre muchas otras opciones. De esta forma lograrás mejorar su productividad, su estado de ánimo e incentivar su compromiso con la empresa.

- Salida: a esta última fase se puede llegar bien por edad (jubilación) o por varios motivos desde cualquiera de las anteriores etapas. Puedes hacer entrevistas de salida para conocer las causas más comunes y anotar puntos a mejorar. Siempre debes terminar con la mejor relación posible, quizás en un futuro pueda producirse una reincorporación.

A la hora de diseñarlo, debemos tener en cuenta que es un proceso largo y requiere de un análisis detallado de la situación de cada uno. Por lo que primero debes hacer un estudio y un análisis para recoger toda la información necesaria sobre la experiencia de tus empleados.  Puedes realizar encuestas, focus group, observaciones…

Una vez lo tengas hecho, recopila todo en un documento y empieza a crear una tabla detallando las diferentes fases. Identifica los puntos clave a tener en cuenta en cada una y marca el grado de satisfacción según cada caso. Poco a poco irás creando un mapa que te permitirá sacar conclusiones y enfocar tus estrategias de una forma más directa y eficaz.

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